Parece que solo pensamos en la muerte cuando tenemos que enfrentarnos a ella por una u otra circunstancia. Al menos es mi caso actualmente. Ante la posibilidad de que alguien cercano a mí muera, el tema ha estado rondándome bastante en la cabeza. Y sin embargo, la primera inquietud que me surge es por qué no podemos hablar en condiciones normales de ella. ¿Por qué solemos evitar el tema, si es la única certeza que tenemos en esta vida? Mientras no encontremos la piedra filosofal, la fuente de la eterna juventud o nos convirtamos en criaturas inmortales de leyenda el único hecho del que podemos estar 100% seguros es que nos vamos a morir.
¿Será miedo? Muy probablemente. Digo, siempre dicen que el ser humano casi por naturaleza le teme a lo desconocido, y lo cierto es que para todo mundo es desconocido lo que nos espera una vez muertos. Podemos tener la certeza de que moriremos, pero son pocos los que tienen certeza sobre qué hay más allá. Y en mi opinión, habría más certeza si habláramos de la muerte más a menudo. Porque toda religión (o al menos las que yo conozco), tiene ciertas creencias al respecto; y al igual que la religión, al menos hasta que nos llegue el momento creer en lo que nos espera del otro lado es una cuestión de fe. Pero esa cuestión de fe podría ser la diferencia entre lo desconocido que asusta y lo conocido que da tranquilidad.
Y sin embargo, estoy encontrar de encerrarnos en una idea. No se vale decir "yo creo en el cielo, y los que digan otra cosa están mal y se acabó". Creo que si pudiéramos oír las ideas de los que nos rodean, conocer lo que ellos creen que hay más allá podríamos estar más tranquilos. Yo en lo personal creo que la muerte significa el fin de mí mismo como individuo, pero no el fin de todo. Mis componentes (desde el más pequeño átomo) volverá a ser parte del ambiente que me rodea y que una vez me formó. Seguiré estando, quizás no como el Gerardo de hoy, pero una parte de mí estará flotando en la atmósfera que todos respiramos, en los seres vivos que existen sobre la Tierra, diluidos en la tierra y en el agua... Eso es lo que yo creo. Y sin embargo, no me cierro. Digo, a lo mejor existe el cielo y el infierno y termino en uno de esos, a lo mejor reencarno en otra forma de vida, a lo mejor paso a formar parte de otro plano, a lo mejor mi alma queda libre para andar por ahí asustando gente que me llamará fantasma... Hay más opciones, aunque en estos momentos no sé me ocurren.
El punto es que si acepto que todo eso es posible, la muerte dejará de ser una incógnita para mí. Y por lo tanto, si realmente lo que tengo es miedo a lo desconocido, el miedo ya no tendrá razón de ser.
Quizás el miedo a la muerte provenga de que no queremos dejar atrás la vida, de que preferimos aferrarnos a ella de la manera que sea. Sí, la vida es maravillosa, pero no todos disfrutan de ella. Es entonces cuándo me pregunto a que nos estamos aferrando. Porque normalmente quienes más disfrutan de la vida son quienes se aferran menos a ella. Quizás sea solo eso de "más vale malo conocido que bueno por conocer". Nuevamente el miedo a lo desconocido...
¿Podríamos aprender a aceptar la muerte sin miedo?