Hoy quiero escribir sobre algunos discursos contradictorios que se ven frecuentemente en nuestra sociedad. Sí, lo sé, estamos llenos de ellos por ser una sociedad de doble moral, pero hay uno que últimamente me ha llamado bastante la atención. Ya lleva en el servicio de transporte mexibús del Estado de México funcionando por un tiempo la "Línea Rosa", lo cual solo se trata de un servicio de autobús exclusivo para mujeres, idea copiada de algunas rutas del DF. Y como si no bastara este servicio en el mexibús, ahora el gobierno del estado también quiere implementarlo en las rutas de combis y camiones que circulan por nuestras avenidas. Y quizás solo sea impresión mía, pero las mujeres parecen bastante contentas con este cambio.
¿Cuál es la justificación para estas accciones? Prevenir el acoso. ¿Pero realmente se previene el acoso de esta manera? Como ya lo había comentado en una nota anterior (Véase Sobre la Marcha de las Putas) es cierto que ser acosados no es nada bonito, pero crear líneas de transporte exclusivas para mujeres solo es una solución paliativa del problema, de ninguna manera se resuelve el problema. Porque los acosadores siguen ahí, y aunque ya no puedan acosar a las mujeres en el transporte quizás encuentren un nuevo lugar dónde hacerlo y de una manera más grave. Para solucionar el problema se debería atacar desde la raíz, desde nuestras posturas machistas que imperan en nuestra sociedad. Sí, es bastante difícil, pero me parece mejor que solo ocultar el problema. Y quizás van más allá de ocultarlo, porque ¿quién dice que no origina otra clase de problemas separar de esa manera a hombre y mujeres?
Bueno, supongo que aún así se podría defender la idea del transporte rosa mediante el argumento que se trata de una medida precautoria mientras que las otras medidas se establecen y se logra modificar la sociedad. Y sin embargo, aunque fuera así, aún queda pendiente el asunto de la discriminación. ¿Por qué las mujeres piden que se les pague lo mismo en los trabajos pero no piden que se las trate igual en los transportes públicos? Porque ustedes me perdonarán chicas, pero por ejemplo que haya ocasiones en que los tres vagones del metro de hasta enfrente vayan bastante vacíos y los hombres viajemos prácticamente hacinados en los demás no suena precisamente a la idea de igualdad que suelen exigir.
Eso es lo que a mí en lo personal, y creo que a cualquier persona debería molestarle. Porque no se vale pedir igualdad y por otro lado no querer dárselas. Si realmente queremos igualdad luchemos por ella, si queremos privilegios especiales por lo menos seamos francos con ello. Porque las mujeres piden que se les otorguen los mismos derechos que tenemos los hombres, y sin embargo quieren conservar aquellos derechos que les eran propios desde antes: quieren que los caballeros les cedan el asiento, que les abran la puerta y las dejen pasar primero, que paguen la cuenta; entre otras cosas.
Si vamos a hablar de igualdad pongámonos a hablar en serio de ella, ¿no? Si quieren los derechos que tienen los hombres entonces que también nos de otros derechos: el derecho a negarnos a ceder el asiento a las mujeres, el derecho a cruzar una puerta primero, el derecho a llorar, el derecho a expresar sentimientos, el derecho a ser invitados y que paguen por nosotros y demás. Porque si van a usar el argumento de la justicia para reclamar derechos que ahora no tienen no me parece muy coherente que quieran conservar sus derechos especiales de antaño. Porque aunque quizás no les gusten es algo que tenían y que el hombre no.
Así que ¿quieren realmente la igualdad o se trata de un asunto de mera conveniencia para quedar por encima del otro? Porque seamos realistas, aunque el hombre ha tenido más oportunidades laborales y sociales, también se ha perdido de muchas cosas por vivir en este absurdo sistema de cosas. Si vamos por la igualdad vayamos por la igualdad de manera pareja. Y para lograrlo me parece que tenemos que buscar soluciones reales y no meramente paliativas.