viernes, 4 de octubre de 2013

Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo


No suelo hacer críticas de libros. Ni siquiera estoy capacitado para ello, puesto que mi formación es de psicólogo y no de literato. Sin embargo, el libro al que hago referencia en el título de esta entrada, escrito por Albert Espinosa y publicado por Random House Mondadori me dejó con demasiadas cosas en la cabeza como para quedármelas yo solo. Eso es lo que debe hacer un buen libro, ¿no? Ponernos a pensar.

En lugar de decir que esto es una crítica digamos que es una opinión. No quiero que los fanáticos de la buena literatura al rato me digan que mis escritos son a las verdaderas críticas literarias lo que Paulo Coehlo a la buena literatura. Así, desde mi humilde opinión, la historia creada por Albert Espinosa en este libro es sumamente atractiva, combina elementos de ciencia ficción, fantasía y también de realismo. Mucho de lo que piensa el personaje es algo con lo que fácilmente puede identificarse una persona de nuestro tiempo aunque supuestamente la historia sucede en un futuro (aunque aparentemente un futuro no muy lejano). A pesar de las maravillas de esa sociedad, los problemas sociales siguen a la orden del día (miren, qué coincidencia, ahora resulta igual).

Con la figura del extraño, Albert nos muestra una posibilidad de ver la muerte diferente a aquellas con las que solemos estar en contacto, o al menos en un principio, ya que al final el mismo extraño reconoce que nadie sabe que hay "más allá". Creo que el punto de la extraña vida del extraño (o quizás sea más apropiado hablar de vidas) solo era un recurso para justificar la historia, ya que a final de cuentas aquello no tiene impacto en el final desconocido que a todos nos espera. Una bonita forma de decir "sí, hay algo más, pero después de ese algo no sabemos si todavía hay algo más"; dicho de otra manera: "no te emociones, porque lo único que hay es más de lo mismo", la incertidumbre de no saber si hay más.

Creo que hay gente que ve la muerte tal como la ilustra Albert Espinosa en este libro. De hecho me parece que ya había oído mencionar esa teoría en algún otro lado. No sé si el propio Albert crea que eso es la verdad, pero me parece que esa forma de ver la muerte no difiere realmente demasiado de una manera de verla católica, donde después de muerto llegarás a un mundo mejor de en el que estás ahora. No sé que tan bueno sea esa forma de ver la muerte, especialmente porque al menos la religión católica nos enseña que solo vas a un lugar mejor si hiciste cosas buenas, pero en lo presentado por Albert irás a un lugar mejor sin importar los males que hayas hecho en esta vida.

De hecho, el gran error en la historia es que a final de cuentas esos seres humanos que tratan a otro ser humano de la peor manera no recibe las consecuencias de sus actos (nótese que hablo de consecuencias y no de castigo), el jefe de seguridad del tercer piso simplemente desaparece de la historia después de que te enteraste de todas las atrocidades que cometió. Pero tú sabes que tendrá otra vida más plena y feliz independientemente de lo que ha hecho en esta. Eso es precisamente no tomar responsabilidad de nuestros actos.

"Es una historia" dirán algunos, "Eso sucede en la vida real" dirán otros. Sin embargo yo no lo creo. Creo que todas nuestras acciones tienen consecuencias, sin hablar de recompensas ni castigos. Simplemente, como dice el dicho, cada quien recoge lo que siembra. Si tus acciones fueron orientadas al bienestar, eso es lo que obtendrás, si tus acciones están orientadas a perjudicar, eso es lo que vas a obtener; en ambos casos tanto para ti como para tu entorno. Y la responsabilidad consiste precisamente en hacer frente a esas consecuencias sabiendo que son simplemente la causa de lo que tú mismo provocaste.

Podría empezar una discusión sobre este tema, pero ya me estoy alejando del libro. Así que de momento solo diré que mi opinión sobre el jefe de seguridad del tercer piso es que no parece muy coherente lo que hace con lo que recibirá en el futuro, o al menos con lo único que podemos saber que va a recibir.

No quiero arruinar el final del libro. Lo único que puedo decir es que en lo personal no me gustó. Me gusta el entendimiento al que llega Marcos, protagonista del libro, pero me parece que le da demasiada importancia a un tabú que no debería aplicarse a su vida en la Tierra. Si deciden leerlo ya verán de lo que hablo. Lo único que puedo adelantar es que en mi perspectiva yo creo que se debe vivir el presente, y que el extraño tenía razón al preguntarles "¿por qué no conformarse con lo que pueden ser en esta vida?".

Si están interesados en conseguir este libro o saber más de él, pueden ver la página web del autor (http://www.albertespinosa.com/libros/todo-lo-que-podriamos-haber-sido-tu-y-yo-si-no-fueramos-tu-y-yo).

martes, 23 de julio de 2013

DIFERENTES - No a la discriminación

El motivo para escribir esta entrada fueron las recientes declaraciones de algún representante de la Iglesia en Rusia de que el matrimonio igualitario era un síntoma del apocalipsis y por lo tanto había que arrojarlo fuera de Rusia. Y es que no entiendo como una religión puede justificar la negación de los derechos del resto de las personas mientras por otro lado predica la importancia del amor al prójimo. Porque hasta donde mis conocimientos de la Biblia llegan, en el nuevo testamento se nos dice que hay que amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. Es una incoherencia terrible, y más cuando se le suma la idea de que también me parece entender de la Biblia que el único con derecho para juzgar a otros es Dios. ¿O acaso no dicen "que arroje la primera piedra el que esté libre de todo pecado"?

No me voy a poner del lado de los ateístas fanáticos que esgrimen cosas como esas para decir que Dios no existe. Quizás tenga dudas razonables sobre si la Biblia fue escrita por Dios como se nos enseña o fue realmente producto de un hombre, pero el caso es que no se puede negar que la Biblia contiene verdades importantes y buenos consejos, por lo que al menos yo sí creo que en algunas partes fue fruto de inspiración divina. ¿Que si Dios fuera todopoderoso no permitiría este tipo de cosas de los que hablan supuestamente en su nombre? Él ya había avisado en su palabra que habría muchos falsos profetas, y por otro lado, igual de estúpido me parece esgrimir el nombre de Dios en vano que echarle la culpa de las cosas que hemos provocado los mismos seres humanos. Porque no tengo dudas que Dios podría cambiar las cosas, pero ¿por qué nos arrebataría la oportunidad de aprender por nosotros mismos lo que necesitamos, de hacernos responsables de lo que hemos hecho? Un padre podría encerrar a su hijo en una esfera de cristal donde nunca le pasará nada malo, pero es mucho más saludable dejarlo salir al mundo y que se haga responsable de sus propias decisiones. ¿Por qué Dios no haría lo mismo por nosotros como especie?

Podría haber un argumento todavía, ¿no? La Biblia condena la homosexualidad directamente. Sí, pero también dice que el hombre tiene libre albedrío dado por Dios y que como ya lo dije, él es el único que debería estar juzgando. Siendo las cosas de esa manera, ¿las personas que están en contra de la homosexualidad no deberían contentarse con no practicarla ellos y dejar vivir a los demás de la manera en que ellos quieran? Porque pienso firmemente que mientras no se dañe a terceras personas, todo debería estar permitido.

Aquí pasamos a otros argumentos aún más rídiculos, que afortunadamente ya no tienen base (al menos no directa) en la Biblia. En Rusia se dice que la propaganda gay se prohíbe para cuidar de los niños. ¿Me están diciendo que es más saludable que un niño vea como golpean a alguien hasta matarlo solo por ser diferente que ver convivir a personas diferentes tranquilamente, cada una expresándose de la manera en que quiera? Como psicólogo no puedo entender cuál es la lógica que existe debajo de ese argumento. Si un niño descubre espontáneamente que le gusta alguien de su mismo sexo, ¿cómo se va a sentir? ¿A quién va a recurrir? Porque nunca se le habló de que aquello pudiera pasar, es más, quizás nunca se lo imaginó porque nunca vio nada como aquello. O puede ser que lo haya visto, pero vio que tuvo consecuencias de violencia y muerte y podría llegar a odiarse a sí mismo por sentir eso que siempre ha visto como algo que estaba mal, que merecía esa clase de castigos. ¿A qué clase de vida puede aspirar una persona así?

Lamentablemente todo lo anterior no es algo que se vea exclusivamente en Rusia. Quizás ahorita resalta más por todas las noticias que nos llegan, pero solo tenemos que ir a la Iglesia de la colonia a preguntar al encargado o a las personas que la frecuentan que piensan sobre la homosexualidad y solo en raras ocasiones la respuesta será positiva. Podemos ir a un kínder o a una primaria cercanas, y preguntarles a los maestros si alguna vez han trabajado o hablado sobre la diversidad, y veremos que nunca. Y aquellos que lo hayan hecho, seguramente poco después tuvieron a los padres de familia encima de ellos por hablarles de ese tema a los niños. ¿Por qué nos espantamos señores? Tampoco se trata de que los niños se enteren de los pormenores íntimos de una pareja homosexual (así como tampoco se van a enterar de los de una heterosexual), pero sí que sean conscientes que así como ven a su papá y mamá juntos, a sus tíos y primas con novias y novios, así también puede ser que en la vida se encuentren con parejas formadas por personas del mismo sexo, y que no por eso tienen menos derechos que los demás, o que por ello tienen derecho a hacerlos menos o a insultarlos. No se trata de decirle al niño "Vuélvete gay", se trata de que aprenda a respetar a todas las personas independientemente de con quien estén.

Porque eso nos urge como sociedad, cultivar el respeto hacia los demás por el simple hecho de ser humanos. Porque no solo se trata de la homofobia, también de la xenofobia, la discriminación de género, por religión... Vaya, si parece que no podemos respetar a nadie que no sea como nosotros. Y es aún más rídiculo ver como una sociedad como la gay que es fuertemente discriminada discrimina a otros. Porque me ha tocado ver gays que discriminan a otros por ser pasivos, por ser locas, por ser muy obvias... vaya, y eso sin sumarle la transfobia que a veces existe. Urgentemente necesitamos aprender a amarnos, para que mientras no me lastime a mí o a otros lo que hace determinada persona me valga madres. Necesitamos aprender que las diferencias no nos hacen mejores ni peores personas, solo DIFERENTES, y que esas diferencias por tanto deberían disfrutarse y no señalarse, deberían servirnos para aprender de otros y no para discriminarlos.

miércoles, 17 de julio de 2013

Nuevas perspectivas sobre el amor

Bueno, ya en otras entradas he hablado de lo que creo que es el amor. Y mientras más reflexiono sobre ello me doy cuenta que es algo demasiado complejo. Antes de continuar, creo importante resaltar que lo que escribo aquí es producto de mi propia reflexión, y si bien he leído sobre el tema como ya lo he comentado no podría afirmar pero tampoco negar que lo que diga ya haya sido dicho por alguien más reconocido.

En fin... En últimas fechas me he dado cuenta el porqué es tan difícil diferenciar al amor de la obsesión, el encaprichamiento y otras tantas cosas parecidas. Porque creo que cuando amas a alguien, lo que sucede es que quieres lo mejor para esa persona. Sin embargo, dado que el amor solo puede darse una vez que uno se ama a sí mismo, parece obvio que vas a creer que tú eres lo mejor que esa persona puede tener.

Es ahí donde comienzan las diferencias, sutiles pero significativas. Porque aunque un encaprichado también pueda decir que quiere estar con esa persona porque su amado jamás va a encontrar a alguien mejor que señor(a) caprichitos, el que ama de verdad no perderá de vista que aunque haya cosas en las que sea el mejor también habrá otras en las que no será tan bueno. Y quizás esa persona a la que uno ame necesita algo muy diferente a lo que uno puede darle. En el mejor de los casos esa persona necesitará lo que nosotros realmente podemos darle, y entonces si habrá una oportunidad.

No obstante, todavía falta que esa persona sea lo que necesitamos nosotros. Porque quizás sea cierto que somos lo mejor que puede haber para esa persona en específico, pero también falta que esa persona sea lo mejor que podamos tener. Y no me refiero al dinero, o la posición social, me refiero a aquellas características más profundas que componen el verdadero ser de la persona. Porque alguien que se ama a sí mismo va a esperar lo que cree que se merece, y ese merecimiento no puede ser menos que otra persona que se ame a sí misma. En cambio, el obsesionado dirá que no importa como sea aquella persona, porque el amor se trata de una aceptación incondicional. Sí, es incondicional, pero primero va uno y luego van los demás. Quizás pueda amar a alguien más, pero si yo sé que eso va a ir en contra de amarme a mí mismo pues mejor le digo adiós y cada quien por su camino. Decirle "Te amo pero me amo más", es lo más saludable antes de caer en una relación de codependencia.

Otra idea aún más estúpida es el "amor todo lo puede, y por eso mi amor va a hacerlo cambiar". Esa frase sí que está buena. El que el amor todo lo pueda no quiere decir que nos va a dar oportunidad de cambiar a la otra persona tal como nosotros creemos que debería ser. El decir que el amor lo puede todo creo yo que es algo más profundo que todavía no comprendo del todo. Sin embargo si tengo claro que no se trata de cambiar a otros. Creer eso sin duda alguna nos llevará a una relación de codependencia. Si no me creen vean la película Cuando el Amor no es Suficiente, que habla sobre la creación de AA y Al-Anon. Me gustó mucho esa película, porque me hizo cuestionar muchas de mis ideas sobre lo qué era el amor.

Con todo lo que he dicho, cuando pensamos a fondo no es sorprendente que muchos no tengamos idea de lo que es el amor, y también resulta obvio el porqué en muchas series y películas nos lo pintan con tintes de encaprichamiento, apasionamiento y obsesión. Porque si tiene parecidos con ellos, sin embargo, en lo profundo es muy diferente. Pero estamos tan acostumbrados a prestar atención solo a los aspectos superficiales de las cosas, que nos resulta imposible discernir uno del otro.

jueves, 11 de julio de 2013

Literatura basura

Últimamente he visto en internet muchas críticas contra Paulo Coelho y otras tantas contra la saga de 50 sombras de Gray (si a lo que veo se les puede considerar críticas). Personalmente nunca he leído nada de eso, sin embargo, con tanta publicidad la verdad es que ya me están dando ganas de leerlos. Digo, no paro de oír comentarios negativos acerca de esos libros, y sin embargo, también veo gente que reacciona muy enfadada porque atacan lo que ellos consideran sus libros favoritos. Honestamente, no entiendo ninguna de las dos posturas. Los que se la pasan criticándolos suelen ser las personas que se creen "cultas" o intelectuales; sin embargo, no me parece que tenga mucho de culta una persona que se la pasa menospreciando a los demás solo porque leen algo que en su consideración es inferior o no cumple los criterios para considerarse una obra de arte. Digo, cada quién tiene derecho a leer lo que se le pegue la gana, ¿no? O de que se trata. Porque el plan de buscar criticar a los otros por cualquier cosita (porque no lee, o porque si lee lo hace con algo que a mí no me gusta) me parece sumamente hipócrita, además de que se deja de tener en cuenta que como bien dice el dicho "en gustos se rompen géneros". Si tan culto e intelectual me creo, ¿por qué no puedo aceptar sencillamente que los otros tienen gustos muy diferentes a los míos?

Y ahora vamos al otro lado, a los que se ponen inmediatamente a la defensiva cuando alguien dice un chiste sobre sus libros favoritos. De ese lado puedo entenderlos un poco más, porque entre mis libros favoritos están los que ha escrito Stephenie Meyer, sí, esa escritora de una popular saga de vampiros que en palabras de muchos realmente no son vampiros (por decirlo de la manera agradable). Y no me avergüenzo de decirlo, porque la verdad nunca me gustó la literatura clásica de vampiros (aunque no por eso despotricaba conta ella cada vez que tenía la oportunidad), así que Crepúsculo, al salir de la literatura clásica de vampiros me encantó. Además, se trata de una lectura muy sencilla y comprensible, y a mí me enseñaron que los mejores libros son aquellos que usan un lenguaje que puede ser entendido fácilmente por cualquiera.

Pero volviendo al punto, dije que puedo entenderlos un poco más, pero no completamente. Yo cuando veo chistes sobre Crepúsculo me encantan y me echo a reír, no me pongo todo funky y empiezo a soltar peladeces en contra de quien se haya atrevido a proferir el chiste o escribirlo. Prefiero reírme porque soy consciente que hay partes de Crepúsculo que se prestan muy bien para esas bromas. Y cuando oigo críticas como la de Stephen King sobre que "Crepúsculo trata sobre la importancia de tener novio", no me queda más que aceptar la verdad tras esas palabras. Pero eso no hace que me guste menos, y no entiendo porque aunque el tema no sea lo mejor que se ha escrito eso significaría que yo soy una persona que vale menos o con una menor inteligencia que aquellas personas que se dedican a leer solamente clásicos.

Ahí tienen las razones por las cuáles no entiendo porque enfrentarse entre aquellos fans de obras como las de Stephenie Meyer y Paulo Coelho y sus detractores. Una vez escuché una frase que me gustó mucho: "Las diferencias se hicieron para disfrutarse, no para señalarse". Creo que cuando entendamos que independientemente de lo que leamos o no leamos somos seres humanos valiosos tendremos muchos menos conflictos. Digo, un chiste de vez en cuando está bien, pero no me parecen chistes comentarios como "es una basura", "los que lo leen seguramente son retrasados mentales", etc. Porque no creo que en el fondo haya diferencia entre la discriminación por gustos literarios y aquella que se da por raza, religión u orientación sexual. Y recordemos que esa clase de discriminación ha dado origen a crímenes bastante graves en la humanidad.

miércoles, 29 de mayo de 2013

¿Se nace gay o uno se hace gay?

Estoy a punto de meterme en un tema bastante espinoso. Sin embargo, no puedo evitarlo después de oír la noticia del primer matrimonio gay de Francia, donde uno de los hombres comento que "no se elige ser gay, simplemente se es". Eso me suena como si fuera una afirmación de que es algo innato, ¿no? Quizás solo sea yo y mis interpretaciones personales, pero aunque en este caso no sea cierto sí he oído a muchas otras personas aferrarse con fuerza a la idea de que uno "nace gay". He de decir que en lo personal eso me produce una sensación de molestia hacia las personas que esgrimen ese argumento, aunque hasta hace poco fue que comencé a plantearme realmente qué era lo que me molestaba de ese argumento.

Me molesta porque en lo personal no entiendo porque deberíamos de estar diciéndolo. Es cierto que ciertas investigaciones han demostrado que hay ciertos factores hormonales, genéticos y fisiológicos que parecen indicar que hay diferencias a nivel biológico entre heterosexuales y homosexuales, pero también es cierto que hay otras que han probado que los factores del ambiente donde se desarrolla el individuo también tienen una gran importancia. Al menos desde la psicología conductista se parte del supuesto de que todo lo que hacemos lo aprendemos mediante la experiencia con nuestro medio ambiente, e incluso el psicoanálisis dice que el ser humano más bien es bisexual por naturaleza y cualquier individuo puede desarrollarse dependiendo de ciertos factores hacia la homosexualidad o hacia la heterosexualidad.

Entonces ¿quién tiene la razón en este debate? ¿Los biologistas que dicen que nuestra orientación sexual depende de factores biológicos que van más allá de nuestro control, y por lo tanto podríamos decir que "nacemos gays"? ¿O los que afirman que son las experiencias las que nos van formando? La mejor respuesta hasta el momento creo yo que la he encontrado en la American Psychological Association, quien nos dice:

"La mayoría de los científicos en la actualidad acuerdan que la orientación sexual es más probablemente el resultado de una interacción compleja de factores biológicos, cognitivos y del entorno [...] Es importante reconocer que existen probablemente muchos motivos para la orientación sexual de una persona y los motivos pueden ser diferentes para las distintas personas" (APA, 2008).

¿Qué nos quiere decir esto? Que quizás si habrá personas que nazcan homosexuales, sin que haya factores cognitivos o del entorno que influyan en su orientación sexual, pero serán las menos. Para la mayoría de nosotros nuestra orientación sexual se habrá formado con la interacción de las diferentes clases de factores, quizás con mayor influencia de unos y con menor de otros, pero en todo caso no se expresaría de cierta manera si no fuera por todos ellos.

Si tomamos esto como cierto veremos que el debate sobre si se nace gay o uno se hace gay no tiene razón de ser, porque no podemos generalizas que todos quienes somos homosexuales nacimos ni que todos nos hicimos. Habrá sido diferente para cada uno, y necesitaríamos seguir meticulosamente nuestro desarrollo desde el momento de nuestra concepción para poder darnos cuenta de cuál fue el factor o los factores determinantes en nuestro muy particular caso. Y no creo que nadie tenga los medios para hacer ello.

Pero a final de cuentas, ¿por qué debería tener tanta importancia el si nacemos o nos hacemos? Es este el punto el que realmente me molesta cuando alguien afirma que "nació gay", el hecho de que se le de tanta importancia a un discurso que si lo pensamos en lo profundo nació como medio de defensa frente a una sociedad homofóbica. Porque realmente no debería importarnos si nacemos o nos hacemos, porque a final de cuentas seguimos siendo seres humanos que merecemos respeto y amor (aunque suene muy cursi). Incluso aunque nuestra orientación sexual fuera producto de una decisión (lo cual personalmente me parece una tontería, pero bueno, hay quien lo dice) eso no debería ser pretexto para atacar a alguien. Porque en lo personal me parece que al decir que nacemos ya como gays lo único que estamos buscando es evitar ataques de otros, justificando lo que somos para que nos acepten.

No obstante ¿por qué demonios tenemos que justificar lo que somos? Piénsenlo por un momento. ¿Qué pensarían de una persona que les dijera "Yo nací hetero"? Suena como a chiste, ¿no? Y lamentablemente no solo sucede en el campo de las orientaciones sexuales, pensemos por ejemplo el campo de la discapacidad. Si alguien dice que un niño con alguna clase de síndrome o problema "nació así", como que nos viene a la cabeza "Ay, pobrecito, pero él no tiene la culpa". Sin embargo, si alguien sin alguna discapacidad evidente (déjemoslo así) dijera en esos casos "pues yo nací normal" hasta parecería que se está burlando, ¿no?

¿Entonces? No necesitamos justificar lo que somos. Lo que necesitamos, y urgentemente, es que como sociedad aprendamos que independientemente de las diferencias que haya entre nosotros debemos cultivar el valor de la tolerancia, el cual no solo implica tolerar, si no también por definición respetar. Y eso tristemente podemos verlo que existe incluso dentro de la misma comunidad gay. El discurso de "soy gay porque nací así, pero no soy de esas locas que se la pasan joteando" nos demuestra que incluso dentro de nosotros la homofobia está bastante internalizada. Acábamos trasladando nuestra propia homofobia: en lugar de decir que lo que está mal es sentir atracción por alguien del mismo sexo, decimos que lo que está mal es andarse exhibiendo, volverse femenino y tener sexo con cuanto hombre se nos pase por enfrente.

Pero a mí me han enseñado que lo que está mal es muy subjetivo, y que realmente mientras no hagas daño a otros o a ti mismo puedes hacer lo que te venga en gana. Quizás a mí no me guste ponerme de diva y referirme a mí mismo como mujer, pero ¿por qué debería de molestarme que lo hagan otros? Si fuera heterosexual, pues sí, quizás a mí no me guste acostarme con otro hombre, pero ¿por qué debería de molestarme que dos hombres que quieren hacerlo lo hagan? ¿En qué me está afectando realmente?

Así, mi conclusión final es que personalmente creo que no deberíamos estar buscando la manera de justificarnos, si no que deberíamos aprender a respetar y a pedir respeto por el simple hecho de ser seres humanos. No importa realmente si nacemos o nos hacemos, porque el hecho es que sí nacemos como seres humanos. Así que también dejaré de molestarme por aquellos que defienden que no nos hacemos, sino que nacemos. Los respetaré, y recordaré que aunque no esté de acuerdo con ellos, tendrán sus razones para creer en eso. Si gustan podré explicarles sus razones, pero solo para que también entiendan mi punto de vista y no con el objetivo de cambiar su manera de pensar.

lunes, 25 de marzo de 2013

No me discriminen... a menos que me convenga

Hoy quiero escribir sobre algunos discursos contradictorios que se ven frecuentemente en nuestra sociedad. Sí, lo sé, estamos llenos de ellos por ser una sociedad de doble moral, pero hay uno que últimamente me ha llamado bastante la atención. Ya lleva en el servicio de transporte mexibús del Estado de México funcionando por un tiempo la "Línea Rosa", lo cual solo se trata de un servicio de autobús exclusivo para mujeres, idea copiada de algunas rutas del DF. Y como si no bastara este servicio en el mexibús, ahora el gobierno del estado también quiere implementarlo en las rutas de combis y camiones que circulan por nuestras avenidas. Y quizás solo sea impresión mía, pero las mujeres parecen bastante contentas con este cambio.

¿Cuál es la justificación para estas accciones? Prevenir el acoso. ¿Pero realmente se previene el acoso de esta manera? Como ya lo había comentado en una nota anterior (Véase Sobre la Marcha de las Putas) es cierto que ser acosados no es nada bonito, pero crear líneas de transporte exclusivas para mujeres solo es una solución paliativa del problema, de ninguna manera se resuelve el problema. Porque los acosadores siguen ahí, y aunque ya no puedan acosar a las mujeres en el transporte quizás encuentren un nuevo lugar dónde hacerlo y de una manera más grave. Para solucionar el problema se debería atacar desde la raíz, desde nuestras posturas machistas que imperan en nuestra sociedad. Sí, es bastante difícil, pero me parece mejor que solo ocultar el problema. Y quizás van más allá de ocultarlo, porque ¿quién dice que no origina otra clase de problemas separar de esa manera a hombre y mujeres?

Bueno, supongo que aún así se podría defender la idea del transporte rosa mediante el argumento que se trata de una medida precautoria mientras que las otras medidas se establecen y se logra modificar la sociedad. Y sin embargo, aunque fuera así, aún queda pendiente el asunto de la discriminación. ¿Por qué las mujeres piden que se les pague lo mismo en los trabajos pero no piden que se las trate igual en los transportes públicos? Porque ustedes me perdonarán chicas, pero por ejemplo que haya ocasiones en que los tres vagones del metro de hasta enfrente vayan bastante vacíos y los hombres viajemos prácticamente hacinados en los demás no suena precisamente a la idea de igualdad que suelen exigir. 

Eso es lo que a mí en lo personal, y creo que a cualquier persona debería molestarle. Porque no se vale pedir igualdad y por otro lado no querer dárselas. Si realmente queremos igualdad luchemos por ella, si queremos privilegios especiales por lo menos seamos francos con ello. Porque las mujeres piden que se les otorguen los mismos derechos que tenemos los hombres, y sin embargo quieren conservar aquellos derechos que les eran propios desde antes: quieren que los caballeros les cedan el asiento, que les abran la puerta y las dejen pasar primero, que paguen la cuenta; entre otras cosas.

Si vamos a hablar de igualdad pongámonos a hablar en serio de ella, ¿no? Si quieren los derechos que tienen los hombres entonces que también nos de otros derechos: el derecho a negarnos a ceder el asiento a las mujeres, el derecho a cruzar una puerta primero, el derecho a llorar, el derecho a expresar sentimientos, el derecho a ser invitados y que paguen por nosotros y demás. Porque si van a usar el argumento de la justicia para reclamar derechos que ahora no tienen no me parece muy coherente que quieran conservar sus derechos especiales de antaño. Porque aunque quizás no les gusten es algo que tenían y que el hombre no.

Así que ¿quieren realmente la igualdad o se trata de un asunto de mera conveniencia para quedar por encima del otro? Porque seamos realistas, aunque el hombre ha tenido más oportunidades laborales y sociales, también se ha perdido de muchas cosas por vivir en este absurdo sistema de cosas. Si vamos por la igualdad vayamos por la igualdad de manera pareja. Y para lograrlo me parece que tenemos que buscar soluciones reales y no meramente paliativas.

miércoles, 13 de febrero de 2013

¿Por qué el miedo a la muerte?

Parece que solo pensamos en la muerte cuando tenemos que enfrentarnos a ella por una u otra circunstancia. Al menos es mi caso actualmente. Ante la posibilidad de que alguien cercano a mí muera, el tema ha estado rondándome bastante en la cabeza. Y sin embargo, la primera inquietud que me surge es por qué no podemos hablar en condiciones normales de ella. ¿Por qué solemos evitar el tema, si es la única certeza que tenemos en esta vida? Mientras no encontremos la piedra filosofal, la fuente de la eterna juventud o nos convirtamos en criaturas inmortales de leyenda el único hecho del que podemos estar 100% seguros es que nos vamos a morir.

¿Será miedo? Muy probablemente. Digo, siempre dicen que el ser humano casi por naturaleza le teme a lo desconocido, y lo cierto es que para todo mundo es desconocido lo que nos espera una vez muertos. Podemos tener la certeza de que moriremos, pero son pocos los que tienen certeza sobre qué hay más allá. Y en mi opinión, habría más certeza si habláramos de la muerte más a menudo. Porque toda religión (o al menos las que yo conozco), tiene ciertas creencias al respecto; y al igual que la religión, al menos hasta que nos llegue el momento creer en lo que nos espera del otro lado es una cuestión de fe. Pero esa cuestión de fe podría ser la diferencia entre lo desconocido que asusta y lo conocido que da tranquilidad.

Y sin embargo, estoy encontrar de encerrarnos en una idea. No se vale decir "yo creo en el cielo, y los que digan otra cosa están mal y se acabó". Creo que si pudiéramos oír las ideas de los que nos rodean, conocer lo que ellos creen que hay más allá podríamos estar más tranquilos. Yo en lo personal creo que la muerte significa el fin de mí mismo como individuo, pero no el fin de todo. Mis componentes (desde el más pequeño átomo) volverá a ser parte del ambiente que me rodea y que una vez me formó. Seguiré estando, quizás no como el Gerardo de hoy, pero una parte de mí estará flotando en la atmósfera que todos respiramos, en los seres vivos que existen sobre la Tierra, diluidos en la tierra y en el agua... Eso es lo que yo creo. Y sin embargo, no me cierro. Digo, a lo mejor existe el cielo y el infierno y termino en uno de esos, a lo mejor reencarno en otra forma de vida, a lo mejor paso a formar parte de otro plano, a lo mejor mi alma queda libre para andar por ahí asustando gente que me llamará fantasma... Hay más opciones, aunque en estos momentos no sé me ocurren.

El punto es que si acepto que todo eso es posible, la muerte dejará de ser una incógnita para mí. Y por lo tanto, si realmente lo que tengo es miedo a lo desconocido, el miedo ya no tendrá razón de ser.

Quizás el miedo a la muerte provenga de que no queremos dejar atrás la vida, de que preferimos aferrarnos a ella de la manera que sea. Sí, la vida es maravillosa, pero no todos disfrutan de ella. Es entonces cuándo me pregunto a que nos estamos aferrando. Porque normalmente quienes más disfrutan de la vida son quienes se aferran menos a ella. Quizás sea solo eso de "más vale malo conocido que bueno por conocer". Nuevamente el miedo a lo desconocido...

¿Podríamos aprender a aceptar la muerte sin miedo?